Y acabé!

Hace aproximadamente cuatro años mi vida era bastante diferente de lo que es ahora, tanto personal como profesional, mi vida se basaba en recorrer las calles del Maresme y de Barcelona, con una camilla que cuando no podía más la llevaba encima de la cabeza, de domicilio en domicilio intentando hacerme un lugar en la jungla del mundo laboral, mientras lo compaginaba con un buen trabajo en un club deportivo de renombre. Siempre he sido muy ambiciosa, siempre he querido más y mejor, luchar por aquello que quería es lo que más me ha enseñado el deporte, tenacidad.
En busca de un lugar mejor de trabajo, de construir mi propio centro de fisioterapia y de hacerme un nombre en el mundo de la fisioterapia deportiva decidí lanzarme y estudiar un master que me llevaría a poder realizar un mejor trabajo en ese club, especializarme en la rama de readaptación y entrenamiento y seguir creciendo para llegar a cumplir mis objetivos.
En aquel momento nada era fácil, me acababa de independizar y para lograr una buena cartera de clientes ya llevaba un par años haciendo más horas que un reloj, como si no hubiera mañana.
Así pues aposté por el camino difícil y decidí durante todo este tiempo ir una vez al mes a Madrid y dedicar mis horas libres a estudiar, porque siempre he tenido claro que nunca puedo dejar de formarme, eso sí, un par de años más tarde cuando cambió mi situación laboral y dejé de trabajar para ningún club deportivo, tuve claro que esa formación no era la mejor para mí, que en mi centro de fisioterapia ya montado y por tanto sueño cumplido, no podría desarrollar todos los contenidos y aprendizajes del master. 
Dos años de formación y viajes a Madrid que no tenían sentido en aquel entonces, tuve que darle yo un sentido y empezar a aplicar cosas nuevas con pacientes, a intentar ser mejor profesional, porque está claro que la formación nunca está de más! Y después de varios: "lo dejo" decidí continuar.
Hoy, después de cuatro años, presentado y aprobado el trabajo de investigación final de master, ya adaptado al trabajo que hago a diario, tengo el título, un título que lucirá en mi consulta y que tiene algo especial, porque por primera vez estuve a punto de rendirme. Pero si algo me ha enseñado la natación, es que todo sacrificio tiene su recompensa! 
En estos cuatro años he crecido como persona y como fisioterapeuta, tengo un centro propio, la agenda llena, mi dedicación es la salud de muchas personas, tengo salud y una vida personal fantásticamente llena! Solo me queda dar las gracias a los empujones recibidos por las personas que más quiero, y a nivel profesional a dos personas, a quien me brindó la oportunidad de tener mi primera consulta y me ha apoyado en todo momento y a quien me dijo que por ser mujer no tenía sitio en el mundo profesional deportivo. Los que me conocen ya lo saben, dime que no, y lo conseguiré! 
Así pues a seguir creciendo! 



Comentarios